El poder de equivocarse al aprender un idioma

El poder de equivocarse al aprender un idioma

Por qué tus errores son tu mejor aliado

Aprender un idioma es un viaje lleno de descubrimientos, pero también de tropiezos. Muchas personas sienten un miedo enorme a equivocarse cuando hablan en otra lengua, como si un error fuera una señal de fracaso. En realidad, ocurre todo lo contrario: los errores son la prueba más clara de que estás intentando usar lo que has aprendido, y por eso mismo son el motor de tu progreso. Quien nunca se equivoca, nunca avanza.

Piensa por un momento en la primera vez que montaste en bicicleta. No lo lograste a la primera. Te caíste, perdiste el equilibrio, pero cada caída te acercó un poco más a dominar el movimiento. Con los idiomas sucede lo mismo: equivocarse es parte natural del proceso y es precisamente lo que te permite aprender de forma duradera.

El miedo a cometer errores suele tener su raíz en la comparación con los demás. Nos preocupa no pronunciar bien, usar una palabra equivocada o que alguien nos corrija delante de otros. Sin embargo, hasta los hablantes nativos se equivocan, olvidan vocabulario o dicen frases que corrigen al instante. Si en tu propio idioma cometes fallos sin que eso te haga dudar de tu capacidad, ¿por qué exigir perfección en una lengua que aún estás aprendiendo?

Los errores, además, se convierten en anécdotas que difícilmente se olvidan. Seguro que conoces los famosos “falsos amigos”, esas palabras que suenan familiares pero significan algo muy distinto. Un clásico es pensar que actually significa “actualmente” cuando en realidad significa “en realidad”. O decir que vas a la library buscando comprar un libro, cuando en inglés lo que has dicho es que vas a la biblioteca. Incluso hay casos más divertidos: constipated no tiene nada que ver con estar resfriado, sino con algo mucho más incómodo… el estreñimiento. Estos errores, lejos de ser un problema, son recuerdos que se fijan en la memoria y que, gracias a la risa o la sorpresa, no vuelves a olvidar.

La pronunciación también da pie a momentos curiosos. Un ejemplo muy común es confundir la vocal larga y corta en beach (playa). Pronunciarla demasiado rápido puede convertir tu frase en algo muy diferente y bastante menos apropiado. Aunque en el momento te sonrojes, esas experiencias se convierten en aprendizajes imborrables que elevan tu seguridad al hablar.

Lo importante es aprender a mirar los errores con otra perspectiva. Reírse de uno mismo, pedir que te corrijan sin miedo y anotar aquellas equivocaciones que repites con frecuencia te ayudará a crecer mucho más rápido. Cada vez que alguien te corrige, en realidad te está regalando la clave para hacerlo mejor la próxima vez. Y cada palabra mal usada es una oportunidad de reforzar tu memoria y tu confianza.

En Kilkenny creemos firmemente que equivocarse es un signo de valentía, no de debilidad. Significa que te atreves a hablar, a intentarlo, a poner en práctica lo que sabes. En nuestras clases no buscamos la perfección inmediata, sino la seguridad de expresarte libremente, incluso si cometes fallos. Porque solo practicando, con aciertos y con errores, se llega a dominar un idioma de verdad.

Así que la próxima vez que dudes en hablar por miedo a equivocarte, recuerda esto: tu error no es un obstáculo, es la huella que tu aprendizaje va dejando en el camino hacia la fluidez.

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